domingo, julio 9

VID, LA PLANTA VAMPIRO


La verdad sobre el temible "uvampiro".

Habitualmente en un vino se tratan de percibir aromas de maderas, frutas, especias, a través del olfato.

La química personal de quien esto evalúa alcanzará a percibir en mayor o menor grado ciertos destellos aromáticos que le harán reconocerlos, y tener recuerdos a partir de sus percepciones olfativas.

¿De donde provienen estos aromas y algunos sabores?

El olor a madera muy bien puede provienir del roble en que estuvo guardado el vino, y que en vinos blancos puede percibirse también en su color pajizo.

Pero, ¿los olores a fruta, a especia?

La vid toma mucho de lo que está en el ambiente donde crece. Por ejemplo, puede adoptar un aroma y cierto sabor de un castaño cercano. Puede absorver un olor de algún árbol de plátano próximo. Puede tomar un cierto sabor a madera proveniente de un chopo que da sombra en el viñedo.


La proximidad de ciertas plantas o árboles aporta su aroma y algo de su sabor a las uvas, y con esto el vino tendrá parte de dicha "ganancia".

Esta actitud de "absorver" de su entorno aromas y sabores, hace que la vid se distinga como una planta vampiro, que no solo toma o chupa esas cualidades sino que además, las traslada al producto que de ella se elabora, que es el vino, y en el caso del vino tinto, adquieriendo su color rojizo, más nos acerca a un producto de un vampiro.

Una vid puede vivir hasta 50 años, no requiere que se siembren sus semillas para reproducirse, basta con sembrar un pie de su fino tronco para tener una "nueva" planta.

Pareciera que la planta vampiro de la vid vive creyendo que va a morir, y por eso, tratando de aferrárse a la vida sosteniéndose de quienes la rodean, jala hacia si misma lo que alcanza, aromas, sabores...

En cierta forma, este vampiro vegetal reporta de quien extrajo cualidades, no lo calla ni lo oculta, pues al ser convertida en vino, la uva se asegura de incluir entre sus propiedades, esos finos aromas de maderas, esos delicados olores de especias, y en resumen, todo aquello que abrsorvió de otros y los conserva hasta su vinificación.

Una historia para desgustarse con una copa de vino tinto... muy rojizo... y detectar con cada sorbo, los restos de sus involuntarias pero generosas fuentes...


Una historia de Uvampiros...