lunes, julio 24

MADERA Y JUGO UNIDOS TEMPORALMENTE

Cuando ya las uvas fueron recogidas y prensadas, se obtiene un jugo cuya azúcar será la base para el alcohol que definirá su sabor.
A este líquido que le llaman mosto (o Mostro pa´ los cuates) y a base de reunir los hollejos (cáscaras) con dicho mosto, se va logrando la coloración del vino.
De la parte carnosa de la uva procede el jugo, y de la cáscara viene la coloración, y por supuesto, parte del sabor y propiedades del vino. Los taninos que son más abundantes en el vino tinto, provienen de las cáscaras de las uvas obscuras.
Pues bien, una vez que el enólogo ha creado el tipo de vino que busca entonces se destina al líquido a pasar una temporada en su capullo, metido en barricas de roble francés.



Así cual oruga un tanto torpe que prefiere guardarse a madurar alcanzando literalmente el cielo con sus resultados, ahora convertida en mariposa, así mismo, este mosto posiblemente adicionado o fortificado, pasará un tiempo encerrado en barricas, reposando, dando lo mejor de si, para salir nuevamente a la luz, ahora como un elixir que ya vimos, ha sido reconocido por los mismos Dioses.