viernes, julio 21

EL VINO ES COMO UNA PERSONA

Alberto fue muy enfático en esto. Su plática en la primer sesión eligió terminarla dando un punto básico, el no ser esnobistas en torno al vino, sino preferir centrarse en manejarlo para obtener resultados disfrutables aunque la botella se abriera en la cocina.
Esto del vino, sugirió, mejor si es un conocimiento que se disfruta, y no caer en hacerlo un acto escénico.
Yo coincidí con el al 100%. Igual pienso de alguien que cocina. Preferible que su conocimiento lo empleé en aplicar las cantidades y el sazón correcto, en su cocina, y dejar que los demás, al probar la comida, expresen el elogio, pero es importante que lo esencial se desparrame en donde debe. El que prepara la comida en la cocina, y el que aporta el vino pues eligiendo lo más adecuado al comprarlo.

Ya los paladares dirán su evaluación.

Y así, como cuando uno conoce a una persona, es mejor que te dejen tratarla, de modo directo y sencillo, y así se tendrá con más facilidad y nitidez una imagen más acertada respecto a esa persona, en vez de presentarla con demasiado bombo y platillo.
Mejor que cada persona, y cada vino, se presente y se defienda solo. De esa forma, tarde o temprano, se forman las predilecciones, las preferencias, y hasta las relaciones valiosas. (Aquí Tere y Carlos compañeros del curso).


Y en esto Alberto también fue enfático, los vinos son como personas, desde la vista de su botella, su figura, su color, su etiqueta, que te dice, que te inspira.
Su color, su transparencia, lo cristalino o lo opaco, su aroma que recuerdos te trae, y tantas cualidades de su personalidad, de su carácter, todo eso al final, tanto con vinos como con personas, es la evaluación de nuestros radares receptores y la personalidad de lo que estamos recibiendo, un sabor y aroma si es vino, un trato y una impresión si es persona, al final, son nuestros radares ante una entidad con definición propia.

¿Cómo te cayó?
¿Cómo te sentiste?
¿Te agradó?

Son respuestas individuales que no porque a mi me caiga bien (un vino o persona) a alguien más debe resultarle igual.
Es probable que mi mejor amigo no sea el mejor amigo de nadie más.
Y es probable que mi vino predilecto no lo sea ni de sus productores.
No importa nada eso.
Alberto expresó y todos estuvimos de acuerdo, “El mejor vino es el que a ti te gusta”.