Alberto Carreu, el expositor del curso que tomamos en el Café Lisboa ( y de ahí los “Lisboetas”) nos comentó que las primeras vides se sembraron en la Nueva España, en Querétaro.
En algunas publicaciones y páginas de internet se expresa que "En 1524, Hernán Cortés, como Primer Capitán General y Gobernador de la Nueva España ordenó a los colonizadores plantar mil viñas por cada 100 indígenas que tuvieran a su servicio. Sin embargo, en 1595, Felipe II, rey de España, expidió una Cédula Real para prohibir la producción de vino en nuestro país, ordenando destruir los viñedos existentes, porque la calidad y cantidad que se producía entonces, amenazaba los intereses comerciales, tanto de productores como de distribuidores españoles. La producción vitivinícola se mantuvo limitada y casi exclusiva del medio eclesiástico".
Y así como un día de Europa se trajo la Vid, un día del siglo XIX se llevaron Vid de América para allá, y ZAZ, que se llevan además un insecto llamado filoxera, que ataca a los viñedos europeos pero que a los viñedos americanos no les hacia nada. Aquí una simpática imagen de ese bicho:
Esto trajo una caída tremenda de los viñedos de Europa, y apenas para el siglo XX, llevando pies de Vid americana hacia Europa, se logró fortalecer las siembras y superar el ataque de eso que atacaba a las plantas.
De plano en los pies de Vid americana se injertaban luego las vides europeas.
Alberto nos comentó que aproximadamente un 85% de las vides actuales de Europa están sobre una base de Vid americana.
Quien sabe si en base a esto se pueda hablar de vino criollo, el hecho es que estamos hablando de pleno siglo XX.
En fin.
Como un dato más, Alberto nos comentó que Italia es el mayor productor de vinos del mundo, en este punto es resaltando cantidad.
En cuanto a calidad, Francia se coloca como el número uno del mundo.